He
esperado a la reunión de este Comité Federal para manifestar ante mis
camaradas las valoraciones, opiniones y sobre todo las consecuencias
que a mi entender tienen sobre IU y el PCE los últimos resultados
electorales. Ningún medio de comunicación ha conseguido de mí una sola
palabra. Pero estas líneas no son sólo juicios, son fundamentalmente,
propuestas de acción que someto en primera instancia al conocimiento de
este órgano.
He sido durante más de diez años Secretario
General del PCE y casi con total simultaneidad he ejercido también de
Coordinador General de IU. Ahora presido la Comisión Redactora del
Manifiesto-Programa. La experiencia y los conocimientos adquiridos en
el ejercicio de estas responsabilidades me obligan por conciencia y
lealtad a la organización pero también por necesidad anímica y política
personales, a expresarme con total claridad sobre la situación por la
que atravesamos.
He sopesado la posibilidad de elevar
previamente este escrito a otros órganos de dirección más restringidos
pero se ha impuesto en mi ánimo la convicción de que era preferible que
el documento llegase aquí tal cual, sin matizaciones, enmiendas o
consensos que pudieran inducir al Comité Federal de que estaba ante una
propuesta ya canalizada y por tanto con pies forzados que dificultaran
el libre análisis del mismo.
No pretendo que el documento se
debata en esta sesión del Comité Federal; sería sorpresivo y por tanto
carente de las garantías necesarias para una discusión. Solamente
pretendo que sirva para estimular el debate que desde la Comisión
Redactora lanzaremos con el método acordado en el encuentro que
mantuvimos los integrantes de la misma con el Secretario General y
otros miembros de la Permanente. Pero también pretendo que ante la
inminencia de la convocatoria de la Asamblea Federal de IU podamos
discutir y tener al menos una opinión como Partido, el cual decidirá si
puede servir para abrir la discusión con los plazos, ritmos y métodos
que se acuerden.
Antes de entrar en materia quiero hacer cuatro
precisiones que sirvan para disipar dudas, apriorismos o procesos de
intención que nunca ayudan a la serenidad de pensamiento:
1.
Nuestro Secretario General fue informado por mí sobre la redacción del
documento y se lo envié con bastante antelación a la celebración de
este Comité Federal.
2. Es mi intención más firme seguir militando en el PCE y en aquellas otras instancias y organizaciones políticas que él apoye.
3.
El documento es en parte deudor de otros que han ido apareciendo en el
curso de los días. En otra parte es una síntesis apretada de materiales
producidos por IU y por el PCE y desde luego también contiene el
producto de mis reflexiones en torno a una cuestión que me obsesiona:
Un proyecto como el que IU quiso ser, sigue siendo un clamor desde la
necesidad de cambiar la realidad y desde la también necesaria rebeldía
contra ella. Nunca una necesidad tuvo tan menguados referentes para
satisfacerla. En cuanto a los otros documentos que han ido apareciendo
firmados por otros camaradas y compañeros creo que deberían también ser
conocidos oficialmente por este Comité Federal a los efectos del debate
oportunos.
4. Como dirigente que fui de IU y actualmente del PCE
asumo en lo que a mí me corresponde la responsabilidad en los procesos
que han desembocado a esta situación. Quisiera con esta sincera
salvedad que, sin huir de las críticas a las direcciones pasadas y
presentes, no transformásemos el debate en imputaciones exclusivamente
personales. Nos perderíamos en una madeja laberíntica. Las
responsabilidades existen, pero en el marco de los procesos colectivos.
IU: un proyecto político en vías de extinción
Los resultados electorales del 9 M no han hecho otra cosa que
evidenciar lo que ya era un hecho; IU no tiene más entidad política que
sus siglas; una marca devaluada en el mercado electoral y mediático sin
incidencia alguna en ningún sector social. La casi total pérdida de
representación en el Parlamento no es otra cosa que un ajuste con la
realidad.
El naufragio de IU comenzó a
acentuarse cuando fue evidente para la opinión pública que estaba ante
una organización carente de identidad específica y propia y por ello
incapaz de fijar siquiera un mínimo estable de respaldo y apoyo.
Muchas cosas han cambiado en España y en el mundo desde que fue fundada
el 27 de Abril de 1986, pero hay dos fundamentales: las consecuencias
de la desaparición de la URSS y el giro de CCOO hacia un sindicato de
servicios que comparte con UGT los favores de la administración. Y al
hablar de las consecuencias quiero remarcar que me refiero a cómo estos
hechos han sido vividos, cómo han sido introyectados en lo personal y
en lo colectivo y cómo terminaron derivando hacia posiciones del
borrón, cuenta nueva y superación de la fractura de 1920. En unos meses
se borraron de la memoria la historia más inmediata y las evidencias
del día a día político y sindical.
Precisamente su
aparición como fuerza política venía a resítuar un espacio político en
torno a dos ejes alternativos: El Programa como referencia para las
relaciones con los demás y las otras formas de hacer política como el
sello de una nueva alianza con la sociedad y especialmente con los
sectores más dinámicos y avanzados de la misma. Estas dos
características hacían del nuevo proyecto una entidad que pretendía
crear instrumentos de intervención social en la política y en la
actividad social desde posiciones orientadas a lo que vino en
denominarse la Construcción de la Alternativa.
Desde
fuera vinieron pronto las operaciones dirigidas a insertar a la nueva
fuerza dentro de la dinámica que el nuevo orden mundial preconizaba. El
harakiri del PCI, la deriva hacia ese ejemplo de Iniciativa per
Catalunya junto con las andanadas mediáticas en torno a las diversas
denominaciones de la Casa Común las cuales contaban con grandes y
sucesivas cabezas de puente en el interno de IU, marcaron con el
estigma de la crisis permanente a la nueva organización. Desde entonces
IU ha estado debatiéndose entre la consolidación de su manera
específica de ser y la llamada hacia lo inerte: la homologación con el
status político buscando en él la legitimidad y la normalización.
A pesar de las dificultades IU se desarrolló y avanzó electoralmente.
Eran los tiempos del 14 de Diciembre, la Propuesta Sindical Prioritaria
y la Iniciativa Sindical de Progreso. También eran los tiempos de un
PSOE que evidenciaba la corrupción, el crimen de Estado, las
privatizaciones, las desregulaciones y la beautiful people. El hecho de
que a pesar de estos escándalos el PSOE mantuviera un suelo electoral
muy alto debió servir de advertencia acerca de que el trabajo
preferente de IU debiera hacerse en el seno de la sociedad, de las
organizaciones obreras, de los colectivos alternativos y culturales.
Era aquí donde el Movimiento Político y Social mostraba su necesidad de
ser y trabajar.
Las alianzas y acuerdos con CGT y USO en
torno a las 35 horas reiteraban la lección; IU no debía tener más
referente sindical que el marcado por las luchas de cada día, los
programas y las alternativas. IU sólo podía avanzar a partir de
entonces si ella misma creaba y ampliaba el terreno sobre el cual su
rareza política podía enraizarse, crecer y hacer cambiar el entorno.
Instalarse en la lógica de cualquier fuerza parlamentaria y desde luego
en la del PSOE y su discurso bifocal, era la muerte anunciada.
Dudando entre qué camino escoger o lo que es peor, picoteando de unos y
otros, las características de IU comenzaron a difuminarse y la
confrontación interna entre visiones parciales e interesadas del
proyecto se multiplicó, se transformó en una serie de luchas
endogámicas por razones más cercanas a las listas electorales que a
otra cosa.. Y puestos en ese camino, optando por la vía de la lucha
exclusivamente institucional los Estatutos, la democracia interna, la
ética y la honestidad política que hacía tiempo venían degradándose
empezaron a gozar de unas largas vacaciones. Recordemos las diferencias
en cuanto a contenidos, alianzas estables, rigor y claridad entre el
debate sobre Mäastricht y los otros muchos que le han seguido.
En el seno de IU comenzó a abrirse paso de nuevo la vieja idea de ser
diferentes y diferenciados sin abandonar tampoco el rol que el PSOE y
sus influencias habían montado en torno al bipartidismo; IU quiso ser
la otra cosa pero dentro de un orden. En función de ello el viejo lema
del discurso rojo, verde y violeta pasó a ser la denominación de una
nueva entidad, el proyecto eco-socialista. Y de nuevo el viejo proyecto
confederal de las Izquierdas Periféricas como posibilidad de frenar la
caída electoral y crear una confusión calculada que sirviera las
diferentes y a veces contrapuestas clientelas electorales.
En los últimos años, y ya en plena pendiente, los síntomas de muerte se
han multiplicado: la supuesta federalidad ha sido sustituida por
taifatos y cuotas de poder (aunque este problema venía de muy lejos),
los grupos enfrentados nunca han constituido alianzas estables sino
aleatorias y en función de las mejores tajadas en cada lista electoral.
Quiero decir que nuestro proyecto de Estado Federal Solidario no ha
sido aplicado en nuestra organización. Creo también que su existencia
es tan ignorada como la Alternativa Energética, los 11 puntos o los
análisis (y propuestas consiguientes) hechos sobre la UE.
Y
lo que desde luego constituye un dogal para la asfixia total es la
deuda que sin ingresos medianamente importantes, puede ser la puntilla
que acelere la agonía.
¿Hay solución?
Desde hace varios años vengo diciendo que el proyecto de IU tal y como
se está desarrollando, estaba muerto y que debíamos prepararnos para
ese acontecimiento. No creo que con asambleas ordinarias, métodos
clásicos y prácticas rutinarias se salga de esta, al menos como una
fuerza política mínimamente estructurada, con una cierta solidez y como
proyecto para el Estado Español. Las siglas podrán continuar durante
algún tiempo en las CCAA y en las Administraciones Locales, pero irán
siendo sustituidas paulatinamente por alianzas electorales de creciente
color localista sin más aspiración que ser una bisagra recompensada con
cicatería por el PSOE.
No, no hay razones ni siquiera
indicios de una recuperación o de una posibilidad de remontar la
deblacle, en ningún sitio. No nos engañemos con las lecturas de males
menores, de avances sobre el mismo ladrillo o de pruritos en dar
lecciones magistrales. Los resultados han sido malos, pero si además se
presentan como victorias siguen siendo malos y además acompañados de la
ceguera. Aquí y por ahora, no valen las comparaciones entre el ciego y
el tuerto.
El pesimismo con el que vemos la situación está más que
fundamentado; no sólo por la curva decreciente de los procesos
electorales sino por algo mucha más grave que eso: la degradación de la
vida política, orgánica e incluso de relaciones personales en el seno
de la organización.
Creo
que confiar en que la Asamblea venidera sirva para solucionar el
problema es un ejercicio de candor. Hay un proyecto o si queréis una
aspiración, a hacer de IU un trasunto confederal de una formación
eco-socialista de viejísimo cuño en cuanto las relaciones de la misma
con la sociedad y la opinión publicada. Las llamadas desde los medios
de comunicación a la renovación, la apertura a la sociedad y a la
izquierda plural acompañadas de la satanización de las siglas PCE (
como si los almuédanos de este mensaje no fueran en su mayoría también
del PCE) forman parte de una técnica que hemos sufrido demasiadas veces
en IU y en esta casa. Frente a esto no hay proyecto alternativo; hay
cenáculos, movidas, alianzas que flor de un día, han durado lo que han
tardado la confección de las listas. Es más, las invocaciones a palo
seco a conceptos y expresiones como Movimiento Político y Social,
Elaboración Colectiva o Democracia han sido manidos incumplidos cuando
no prostituidos y será difícil limpiarlos de tantas excrecencias e
impurezas.
Y sin embargo
Sobre esta tierra yerma parece casi imposible cultivar nada viable,
serio y con pretensiones de durabilidad y muchísimo menos de ser
instrumento de liberación social. Sólo hay un punto de posible
regeneración que viene dado por la constatación de dos realidades:
1ª- El campo de acción para una fuerza política como la que pretendió
ser IU es tan vasto como un océano. En él se inscriben movimientos de
todo tipo que pretenden con sus luchas y sus actividades hacer bueno
aquello de que “Otro mundo es posible”. Pero hace falta una
organización política que respetando esos movimientos y trabajando
lealmente con ellos realice una labor que demuestre como la
intervención política no es otra cosa que la intervención de la
sociedad para hacer de la Política sinónimo de Transformación social.
2ª- SOBRE LOS TRABAJADORES Y ASALARIADOS SE CIERNE, SO PRETEXTO DE LA
CRISIS, UNA DE LAS MAYORES AMENAZAS DE LOS ÚLTIMOS TIEMPOS. LA RECESIÓN
ES UN HECHO. EL PARO AUMENTA. LOS GOBIERNOS EUROPEOS CLAMAN POR REBAJAS
SALARIALES Y LA FLEXI-SEGURIDAD ES YA UN PROYECTO CUYA APLICACIÓN SE
PRESENTA COMO INEXORABLE. MILLONES DE HOMBRES Y MUJERES VAN A SOPORTAR
UNA AGRESIÓN QUE LOS CONDENARÁ A SITUACIONES DE PRECARIEDAD, EXCLUSIÓN
Y MARGINACIÓN EXTRAORDINARIAS. AHÍ ESTÁ LA DERECHA; NO NOS CONFUNDAMOS
POR LAS SIGLAS.
Esta
situación a la que los trabajadores y asalariados se van a ver
abocados y dentro de ella los colectivos más débiles (mujeres,
jóvenes, pensionistas, etc) nos exige, nos clama y nos obliga so pena
de traición a nuestra historia y al legado de tantos luchadores, a
cambiar radicalmente y Esta coyuntura que se avecina puede y debe ser
el agente externo que provoque lo que aún pueda quedar de vivo y nos
convoque para sellar una alianza de compromisos en torno a la
REFUNDACIÖN de IU.
Y
esta Refundación sólo es posible desde un previo acto personal,
intransferible y de compromiso a comenzar de cero que se condense en
una atmósfera colectiva de voluntad interventora con los mecanismos
políticos y las actitudes de una nueva práctica militante. Sin esto que
debe ser preceptivo, no se podrá poner en marcha el resto. Estoy
llamando a la responsabilidad y a la aceptación sin límites de unas
reglas de juego democráticas y del resultado que del debate surja.
La propuesta
La Asamblea federal próxima debe hacer en dos fases.
Primera fase
Desde
el acuerdo en la necesidad de volver a empezar a causa de la
excepcionalidad del momento, se imponen los siguientes pasos o fases:
1º-
La Refundación de IU no puede hacerse en clave endogámica, sería un
comienzo estéril. Es preceptivo hacer una Convocatoria abierta a
colectivos, personas, ex –militantes, etc para comenzar un proceso (
que puede tener varias denominaciones) por el cual se debatirán y
fijarán los ejes, compromisos y características de la nueva IU.
2º- Y ello implica como prenda de cambio y de nuevo comienzo la
renovación de al menos el 50% de todos los órganos de dirección, desde
la Federal hasta la agrupación básica con las condiciones y plazos que
se fijen, pero antes de la primera parte de la Asamblea. Aquellos que
hemos ejercido de responsabilidades durante años deberíamos pasar a una
segunda fila y desde allí dar el rendimiento, el apoyo y la lealtad a
las nuevas direcciones.
3º-
Desde este momento la primera parte de la Asamblea debate y desarrolla
los puntos y ejes que estructurarán a IU. A mi juicio son los
siguientes:
3.-1 IU, Movimiento Político y Social
Organizado que fija su objetivo en la permanente Construcción de la
Alternativa a la sociedad, el Estado, la cultura existente y los
valores dominantes. La superación del Capitalismo tendría como proyecto
inmediato de trabajo la consecución de los objetivos que ya marcamos en
IU: Una sociedad de Pleno Empleo de calidad. Una Economía desde la
óptica del Desarrollo ecológicamente sostenible. Una Protección Social
plena. Reparto del Trabajo. Y junto a ello las acciones de política
económico-fiscal necesarias para ello.
3.-2
Democracia Radical en IU. Publicidad permanente de los censos de
militancia y libre acceso para quien quiera consultarlos. Reglamentos
que fijen con precisión la publicidad de los acuerdos orgánicos hacia
la militancia, que regulen el régimen se sesiones, deliberaciones y
acuerdos así como la información previa y documentada en cada sesión.
Revocación de los cargos públicos por las asambleas competentes u
órganos competentes que los eligieron como candidatos en las
elecciones. Elección de direcciones tras la presentación de un programa
del que rendirán cuenta en las sesiones habilitadas para ello. Finanzas
claras, transparentes y co-responsables. Militancia efectiva según
posibilidades.
3.-3
Elaboración Colectiva. Esta seña de identidad no es sino la aplicación
en el marco de lo concreto de la alianza social en torno a objetivos,
métodos y valores. Sin que los ciudadanos participen en la elaboración
de las soluciones para sus problemas no habrá nunca conciencia de la
realidad, sus límites y el papel que la Democracia tiene en el cambio
social. Pero la elaboración colectiva no es la creación de un gabinete
de asesores que elaboran papeles para los cargos públicos es
básicamente un mecanismo de participación democrática en las decisiones
de IU, es un mecanismo de aportación e intervención en las líneas de
actuación de la actividad política y social y también en las políticas
a realizar en las instituciones. Las Áreas como un mecanismo de
elaboración (pueden haber otros más) deben ser organizadas de tal
manera que los militantes y dirigentes participen en ellas
habitualmente. En las elaboraciones que sobre ellas hemos en IU hay
material suficiente para concretar su organización, funciones y
participación política.
3.-4
IU es una fuerza política de carácter federal. Y esta apuesta que
proviene de nuestra concepción del Estado no significa otra cosa que
otra forma de concebir el acuerdo de un Estado unitario que busca su
cohesión desde el consenso el acuerdo, la atribución clara de
competencias, funciones y responsabilidades. La federalidad es
incompatible con los taifatos. Una idea debe quedar clara: la
federalidad es un reconocimiento a la diversidad pero en el marco de
una visión común de la Transformación social. La transitoriedad de
Estados , nacionalidades y entes territoriales ante la concepción de un
mundo nuevo, solidario y sin fronteras debe estar siempre presente.
4.-4.-
Escrupulosa legalidad. Una fuerza política que se pretenda democrática
debe guiar sus actuaciones internas y su funcionamiento por el respeto
y ejercicio de la legalidad. Estatutos, reglamentos, régimen de
sesiones y toma de acuerdos deben ajustarse totalmente a las reglas de
juego estatuidas libre y soberanamente por el colectivo. Las comisiones
de Garantías no pueden ser concebidas con órganos para salir del paso
cuando no como cementerio elefantes. Es inadmisible que los Estatutos
sufran cambios para legalizar acciones o situaciones que contradicen
abiertamente los principios éticos y políticos de IU.
4.-5.-
IU no puede definirse por una serie interminable de adjetivos. La
aceptación y desarrollo de los DDHH en sus tres generaciones, la
asunción en la teoría y en la práctica de otras aportaciones a la causa
de la plena emancipación humana es una seña de identidad irrenunciable
para cualquier organización que pretenda ser revolucionaria o
transformadora. Desde hace muchos años explicitamos que nuestro
discurso es rojo, verde y violeta. No sigamos añadiendo adjetivaciones
al sustantivo fundamental. Asumamos la historia del movimiento obrero y
los nuevos proyectos de liberación. IU es un proyecto de Izquierda, sin
más.
4.-6.-
IU no tiene más referencias sindicales que las derivadas de las
alianzas coincidencias y movilizaciones que en cada momento puedan
producirse El Programa estratégico, la coincidencia táctica, la acción
puntual o la coyuntura favorable para una movilización acorde con los
intereses de los que aspiramos a representar, es la única pauta para
cualquier tipo de relación política y sindical.
4.-5.-
IU se define como una organización republicana. La condición
republicana de IU no es una mera adjetivación para la galería. La
organización debe fijar en sus Estatutos, discurso y práctica política
su decidida voluntad de que la III República española sea una realidad
mediante el acuerdo activo, la participación democrática y la
divulgación ciudadana de los valores, ética y contenidos de la
Constitución de la III República. Nuestro republicanismo no está hecho
de nostalgias sino de proyectos para hoy. El desarrollo de esta
decisión implica una serie de actuaciones, formas de trabajo y
expresiones públicas que sin caer en estridencias gratuitas manifiesten
firme, serena e inequívocamente nuestra entidad y nuestra propuesta a
la ciudadanía. En consecuencia uno de los trabajos de IU debe ser
colaborar y aportar en la puesta en marcha del proceso constituyente de
la III República.
Una vez que estos puntos hayan sido
discutidos, asumidos y sistematizados en una única Tesis político-
organizativa la primera parte de la Asamblea los aprueba y pone en
marcha el desarrollo de los mismos.
Segunda fase.
Una vez que la primera fase haya sido culminada se procederá a la
convocatoria de la segunda. En ella se ratificarán lo hecho como
desarrollo de la primera y se aprobará una Tesis político-organizativa
para los años siguientes hasta la próxima Asamblea. Pretendo con esta
distinción separar lo que para mí constituye una invariante, los
principios de IU que no pueden estar siempre al albur de cualquier
Asamblea, de las líneas políticas y programas que constituyen el
mandato para casa Asamblea específica.
En
esta segunda fase las direcciones deben, con el mismo método que la
anterior, proceder a su renovación en un 25% de lo que anteriormente no
se renovó y al porcentaje o casos particulares que se estimen
conveniente de los anteriormente renovados. Los Estatutos deberán fijar
los años de duración de los mandatos.
Esta es mi
opinión y mi propuesta. Sé que al hacerla puedo levantar suspicacias
incluso escándalos pero creo que es la única manera de poner en pie una
necesidad.
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