Ribadesella,
El colectivo conservacionista Greenpeace, en su informe «Destrucción a toda costa» correspondiente a este año, señala a Llanes como el municipio costero asturiano que más se ha deteriorado en los últimos años y el que más peligro corre de seguir deteriorándose debido a la presión urbanística y a la «fiebre urbanizadora importada del litoral mediterráneo». Greenpeace llama a las administraciones públicas a «frenar en seco, antes de que sea demasiado tarde», la presión urbanizadora, propiciada en gran medida por el avance de la Autovía del Cantábrico.
Greenpeace destaca que la primera franja costera de Asturias está en muchos tramos a salvo del ladrillo y el hormigón, pero insiste en que la zona más deteriorada y vulnerada es la costa de la zona oriental, donde los planes urbanísticos en vigor y en redacción prevén construir un número de viviendas mayor que el de habitantes actuales.
El estudio concluye con un dictamen en el que Greenpeace señala seis puntos negros en la costa de Asturias: dos en el concejo de Llanes (La Talá, en la villa, y Borizu, en Celoriu), Gijón (zona portuaria contaminación industrial severa), el puerto de Avilés (destrucción marismas de Recastrón), la ría de Avilés (contaminación industrial) y el estuario del Navia (contaminación industrial y urbana severa).
Llanes es el concejo más criticado por los ecologistas, que advierten de que puede convertirse en un futuro inmediato en la «próxima pieza a cobrar por las constructoras y promotoras urbanísticas», más aun teniendo en cuenta que el área mediterránea está «agotada» por la saturación urbanística.
«La Autovía del Cantábrico viene generando desde hace años una presión urbanística sin precedentes en todo el litoral cantábrico», señala el colectivo. En el panorama urbanístico asturiano destaca Greenpeace las previsiones o las modificaciones de los planes urbanos en Colunga, Caravia, Ribadedeva, Ribadesella y Llanes.
Los ecologistas aseguran que los planes urbanos de los concejos de la franja oriental asturiana prevén la construcción de más viviendas que habitantes tienen actualmente. Así, Ribadedeva, Llanes, Ribadesella, Caravia y Colunga, según los cálculos de Greenpeace, pretenden levantar en los próximos años más de 30.000 nuevas viviendas, cuando en la actualidad suman menos de 26.000 vecinos. Además de esta crítica global a la situación del urbanismo en la comarca, Greenpeace compara en su informe a Llanes con la zona más urbanizada del Mediterráneo. El estudio subraya que el concejo llanisco destaca por ser el municipio que más ha urbanizado en Asturias en los últimos años.
«La actividad urbanística desarrollada bajo el mandato del alcalde Antonio Trevín y continuada por su sucesora en el cargo, Dolores Álvarez Campillo, ha sido objeto de numerosas denuncias», señala Greenpeace. Los ecologistas recuerdan que tras hacer público el informe «Destrucción a toda costa 2007», hace ahora un año, la Alcaldesa afirmó que «el urbanismo en su concejo es respetuoso y sostenible». Pero «aunque el Ayuntamiento de Llanes presume de su plan urbano, el Gobierno regional ha tenido que intervenir en varias ocasiones. Así, en abril de 2008 el departamento de Disciplina Urbanística paralizaba por segunda vez la construcción de dos viales de grandes dimensiones dentro de los 200 metros de protección de costas en La Talá, donde se están construyendo medio millar de viviendas a menos de 500 metros de la línea de costa (algo que prohíbe el Plan de Ordenación del Litoral de Asturias, según Greenpeace).
Los conservacionistas señalan a La Talá como «un paraje de gran valor paisajístico y ornitológico, integrado en la red Natura 2000 europea». La principal finca de La Talá fue adquirida la semana pasada en 74,56 millones por Cajastur. Además, apuntan a la isla de Borizu como zona en peligro, por la propuesta de construir un puerto deportivo. Pero esta propuesta ya ha cosechado un frontal rechazo por parte de las administraciones públicas.
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